La incorporación de herramientas como ChatGPT o Grok en la práctica jurídica ha abierto un nuevo escenario para abogados, fiscales y jueces repleto de ventajas y, también, de serias amenazas. La culpa es nuestra, como siempre, pues nadie nos ha dado manual de instrucciones. Debiera usarse como un avezado pasante pero lo hemos aupado a experto jurista.
