Un porcentaje elevadísimo de asuntos judiciales comienzan, y finalizan en uno u otro sentido, cuando alguien habla de más (charra como una cotorra, se va de la lengua, abre la boca, el pico, no calla ni bajo el agua, por la boca muere el pez y demás modos de decirlo).

Por la boca muere el pez

Por Javier Beltrán-Domenech

Ejemplos: cuando insultas sin pudor alguno (injurias o calumnias) al que te ha dicho algo sin necesidad, cuando opinas sin que te lo pidan, cuando crees que debes rebatir al que te precede en la palabra, cuando quieres corregir a alguien o cuando te quejas de algo en voz alta. Idem cuando quieres fardar de algo o contar lo que, avisas, debe ser secreto. También cuando tu cliente dice esa última palabra en un juicio por simplemente permitírselo la ley, que no es obligado, creyendo, como el cuervo de la fábula, que sorprenderá al público de la sala con su fabulosa verdad. Ah, si supieran cómo el simple silencio de un abogado acelera el discurso del interrogado que, sin poder callarse, canta por soleares ante el difícil y molesto sonido del silencio.

Por la boca muere el pez

La desaparición de “lo correctamente escrito”, que da tiempo a pensar mientras redactas, y el auge imparable del video, audio (malditos los de whatsapp), comunicados oficiales (de los políticos ni hablamos) y tertulias televisivas o radio provoca que tu labia, elocuencia, charlatanería, facundia, verborrea y descaro verbal pueda llevarte a la cárcel. Pero lo cierto es que también puede sacarte de ella. Dependerá, como todo depende, del foro donde te encuentres y muy posiblemente del abogado que tengas y cómo te prepare si finalmente decides hacerle caso.

N. del A. El canva del video que he hecho ha sido tomando una buenísima idea de “El abogado del Cadillac”, que recomiendo como una muy buena serie de juicios y abogados que voy a añadir a https://www.javierbeltranabogados.com/2016/05/28/las-mejores-series-de-abogados/

¿Debe, entonces, callarse uno o comedir la lengua en todas y cada una de la facetas de su vida? ¿Menos es más? ¿”Me gustas cuando callas porque estás como ausente”? ¿Quién calla otorga?

Lamentablemente, las respuestas para estas preguntas son tan variadas como descerebrado pueda ser tu interlocutor. En todo caso, recuerda, nunca escuches sandeces y asientas porque el necio dirá que estabas de acuerdo con su discurso. Márchate o niégaselo. Véase cómo a una pregunta de sí o no un político aprovechará para alargar y repetir su mantra ideológico o su propuesta sin importar qué tenía que decir. Véase cómo en una reunión el que no habla parece que no tiene ni idea. Véase. Igualmente, cómo el que no declara ante la policía, ni tampoco ante el juez, parece culpable cuando la propia ley le permite callarse. Por la boca muere el pez.

Bienvenidos al tiempo de callarse y actuar. De no opinar sin tener base. De apagar la TV o Radio cuando un locuaz contertulio expulse palabras de verborrea incontrolada. De sonreír ante discursos políticos llenos de paja y, lógicamente, no votarles. De empezar a creer en la presunción de inocencia y, ya que estamos y me apetece, de que los jueces sean independientes y que los funcionarios trabajen todas las horas que les corresponden dejando sus teléfonos móviles en un cajón o, mejor, en casa.

Por la boca muere el pez

Bienvenidos a nuestro Despacho de Abogados, por cierto, para que podamos preparar su estrategia de ataque, o defensa, según le haya tocado en el tablero las piezas blancas o las piezas negras.

Javier Beltrán-Domenech.

P.S. Ojo al dato y tome buena nota quien esto lea: en España, las cárceles dependientes del Ministerio del Interior acogían en la última semana del año 2021 a 42.741 hombres y 3.312 mujeres (fuentes de Instituciones Penitenciarias)