Un buen divorcio: la importancia de gestionar correctamente el proceso de separación, división o liquidación de bienes, medidas con hijos, menores y mayores. uso de viviendas, pensiones…
Un buen divorcio
El divorcio, maldita hora si les llega, no define a las personas. Nadie sabe cómo le va a ir la vida y, créanme, la vida da mil vueltas. Sin embargo, cómo se gestiona ese divorcio sí puede tener consecuencias profundas a nivel emocional, económico y legal. En nuestro despacho, insistimos en la importancia de buscar un buen divorcio, entendiendo esta expresión no como un ideal inalcanzable, sino como un objetivo jurídico y personal.
Separarse no es un fracaso. Es una decisión difícil, valiente e, incluso, inevitable en algunos casos. Pero existe una gran diferencia entre tomar esa decisión de manera consciente y gestionarla con responsabilidad, o dejarse arrastrar por la improvisación, el cansancio o el miedo al conflicto.
¿Qué significa realmente un buen divorcio?
Hablar de un buen divorcio implica alejarse de la concepción errónea de que un proceso de separación debe ser necesariamente traumático o destructivo. No se trata de evitar la confrontación a toda costa, sino de gestionar el procedimiento con inteligencia, respeto y asesoramiento profesional. Un buen divorcio implica:
Defender sus derechos sin entrar en una guerra personal. Proteger el bienestar de los hijos a medio y largo plazo. Planificar su nueva etapa vital de forma jurídica y económica. Evitar acuerdos precipitados que puedan perjudicarle en el futuro.
Lo contrario de un buen divorcio es firmar cualquier cosa “para acabar rápido”, ceder por agotamiento o renunciar a sus intereses legítimos por evitar un conflicto. Esta actitud, lejos de resolver problemas, suele generar nuevas tensiones y perjuicios duraderos.
La relevancia del asesoramiento jurídico en un buen divorcio
Para lograr un buen divorcio, resulta imprescindible contar con un abogado especializado en Derecho de Familia. La complejidad de las materias implicadas (vivienda, pensiones, custodia, visitas, educación, patrimonio común) exige un conocimiento experto y actualizado de la legislación aplicable.
El Código Civil establece la necesidad de regular los efectos del divorcio mediante un convenio regulador, donde se plasmen acuerdos sobre custodia, uso de vivienda familiar, pensión compensatoria, entre otros aspectos. Dicho convenio no puede improvisarse. Debe ser negociado y redactado con rigor técnico.
Asimismo, si no existe acuerdo entre las partes, será necesario acudir a un procedimiento contencioso. En este escenario, el acompañamiento de un profesional resulta aún más crucial para defender adecuadamente sus intereses, dentro del marco legal y evitando escaladas innecesarias de conflicto.
Custodia y régimen de visitas: la prioridad de los hijos en un buen divorcio
Un buen divorcio prioriza, por encima de todo, el bienestar de los menores. El interés superior del menor es el principio rector que debe guiar cualquier decisión sobre custodia, patria potestad y régimen de visitas. La jurisprudencia del Tribunal Supremo insiste en la necesidad de proteger la estabilidad emocional, educativa y social de los hijos. No basta con dividir tiempos de forma aritmética; es imprescindible analizar las circunstancias específicas de cada familia.
En este sentido, un buen divorcio no busca vencedores ni vencidos. Su propósito es alcanzar acuerdos justos y equilibrados, que favorezcan la corresponsabilidad parental y garanticen el desarrollo saludable de los hijos.
Las consecuencias económicas: un buen divorcio también protege su futuro financiero
El reparto de bienes, las pensiones compensatorias y alimenticias, así como la liquidación del régimen económico matrimonial, son cuestiones que requieren una planificación detallada.
Un buen divorcio analiza con perspectiva de futuro las necesidades económicas de ambas partes. No se trata de “quedarse con más”, sino de lograr un reparto equitativo conforme a la ley. Además, anticiparse a posibles escenarios (por ejemplo, la venta de la vivienda familiar o el uso alternativo de la misma) evita litigios posteriores y aporta seguridad jurídica.
El artículo 97 del Código Civil regula la pensión compensatoria en favor del cónyuge que haya sufrido un desequilibrio económico tras el divorcio. La correcta aplicación de este precepto es otro de los pilares fundamentales de un buen divorcio.
Comenzar de nuevo, pero bien: la filosofía de un buen divorcio
Divorciarse no es rendirse. Es, en muchas ocasiones, la oportunidad de empezar una nueva etapa con mejores bases. Pero para que ese inicio sea realmente sólido, es imprescindible gestionar el proceso con responsabilidad y con el apoyo de profesionales.
Un buen divorcio no se basa en la improvisación ni en las soluciones rápidas. Se construye a partir de una asesoría legal especializada, del respeto mutuo y de la defensa firme de sus derechos, siempre dentro de los cauces legales.
En Javier Beltrán Abogados, entendemos el divorcio como un proceso de reorganización vital y jurídica, donde cada decisión tiene un impacto real en su futuro. Por ello, ponemos a su disposición nuestra experiencia y compromiso para acompañarle en este camino.
“No hay separación exitosa sin una gestión inteligente de los intereses y derechos de todas las partes implicadas”.
Si se encuentra en esta situación, recuerde que en nuestro Despacho posiblemente podamos encontrar una solución para su caso. No dude en consultarnos pidiendo cita previa, presencial, telefónica o por videoconferencia, de una o media hora, en el teléfono 966171294 o enviando un mensaje al Whatsapp 628425987.
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Javier Beltrán-Domenech (LinkedIn) es abogado especializado en Derecho Procesal y Derecho Civil. Javier Beltrán Abogados Alicante.
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