¿Quién no conoce a alguien cuyo préstamo haya sido vendido a un fondo buitre con nombre inglés y que le llama para “negociar su deuda”?
¿Quién no conoce a alguien cuyo préstamo haya sido vendido a un fondo buitre con nombre inglés y que le llama para “negociar su deuda”?
Si usted adquiere un vehículo de segunda mano a un vendedor profesional debe saber que tiene una garantía de dos años que lo protege ante la aparición de averías o vicios ocultos. Este derecho es irrenunciable, por lo que las cláusulas firmadas en el contrato renunciando a él carecen de validez.
No entiendo donde está el menosprecio, porqué algunas mujeres se sienten débiles, inferiores o discriminadas cuando las tratan bien. Es obvio que ellos saben que nosotras podemos solas, pues lo hemos hecho todo siempre sin ayuda (estudios, trabajo, casa, hijos..). En mi opinión más que un insulto es un halago…
La frase «lo quiero para ayer» es una expresión muy frecuente cuando nos entregan un proyecto, un trabajo, una demanda… y más desde que la generación millennial, a la que pertenezco, se implantó con ella en el mundo laboral.
¿Puede el Tribunal Supremo poner límites a la libertad de expresión? La respuesta a la pregunta es sí. Debido al constante desafío que plantean las redes sociales, y del que continuamente se hacen eco los informativos, nuestro alto Tribunal tiene la ardua tarea de fijar dónde está el límite de la libertad de expresión que tanto sudor y lágrimas costó conseguir.
Después de siglos de barbarie debemos considerar una “gran noticia” para los amantes de los animales que desde el pasado jueves 1 de febrero se haya prohibido en España mutilar, por lo menos a los animales considerados “mascotas”, supongo que la mitad de algo es más que nada…
Esto ha sucedido tras la entrada en vigor del Convenio Europeo sobre Protección de Animales de Compañía, que fue redactado en 1987, hace 30 años, y fue publicado en el Boletín Oficial del Estado el pasado 11 de octubre aunque no entraba en vigor en nuestro país hasta el 1 de febrero de 2018.
Hasta mediados del año 2017, gobierno y entidades aseguradoras y financieras estaban de acuerdo en promover entre los ciudadanos de edad avanzada la contratación de seguros de rentas vitalicias, proclamando tanto en prensa escrita como en televisión su atractiva fiscalidad para el asegurado, su cónyuge y sus herederos en caso de fallecimiento. Pero a finales del mencionado año, una vez más se ha producido el estallido de la “burbuja”, y al gobierno no le ha quedado más remedio que advertir a los clientes de seguros de ahorros a largo plazo, especialmente las rentas vitalicias, que con la subida de los tipos de interés que se prevé no está claro que recuperen todo el dinero invertido.