Cada día lo veo más. La gente está mentalmente destrozada. El problema social de la salud mental tiene un tremendo impacto en el terreno laboral. Las estadísticas recientes muestran un alarmante incremento en las bajas laborales atribuidas a problemas de salud mental.
Salud Mental
Según datos consultados en la red, el 14,3% de las bajas en 2021 tuvo su origen en un problema psicológico, lo que supone un aumento del 6,6% respecto a 2019. Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que el absentismo laboral por enfermedad mental equivalió al 3,2% del Producto Interno Bruto (PIB) español en 2022. Ante estas cifras, las empresas se están dando cuenta de la importancia de atender a estos aspectos si quieren seguir contando con trabajadores capaces de mantener un alto rendimiento.
Salud mental
El escenario plantea un desafío tanto para los trabajadores como para los empleadores, quienes deben buscar estrategias para abordar este problema de manera efectiva. La prevención y el manejo adecuado de los trastornos mentales en el ambiente laboral se han convertido en una prioridad para mantener la salud de los empleados y, por ende, la productividad de las organizaciones.
Las empresas están implementando programas de apoyo psicológico, talleres de manejo del estrés y medidas para mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal. La idea es crear un ambiente de trabajo que no solo se enfoque en los resultados, sino también en el bienestar de quienes los hacen posibles. Sin embargo, estas iniciativas, aunque son un paso en la dirección correcta, enfrentan el reto de desestigmatizar la salud mental en el entorno laboral. Todavía existe una gran barrera cultural que impide que muchos trabajadores busquen ayuda por miedo al estigma asociado a los trastornos mentales.
El papel de la legislación en este contexto es crucial. La normativa laboral debe adaptarse para reconocer y proteger la salud mental de los trabajadores, estableciendo marcos legales que obliguen a las empresas a tomar medidas preventivas y de apoyo. Además, es necesario que se promueva una mayor conciencia sobre la importancia de la salud mental, tanto en los entornos de trabajo como en la sociedad en general.
El impacto económico del absentismo laboral por problemas de salud mental es significativo, y su reducción pasa por una gestión más humana y consciente de la salud mental en el ámbito laboral. Los costes asociados a la pérdida de productividad, las bajas laborales y el tratamiento de los trastornos mentales pueden mitigarse mediante políticas laborales inclusivas y programas de apoyo efectivos.
Menos series, menos TV, menos scroll diario de RRSS vienda a falta gente divirtiéndose y más vida interior. A cada uno nos ha tocado vivir lo que nos ha tocado, y las vidas ajenas no debieran tener tanta importancia.
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