La serendipia de amor no se anuncia ni se pide. Llega, simplemente, como una ráfaga inesperada en medio de la calma y lo revuelve todo. En la vida, igual que en los afectos, lo imprevisible tiene un lugar reservado. Y si bien la pasión nunca consulta a la razón antes de encenderse, anticiparse no la debilita: la cuida. Pactar el paraguas en un día de sol no es desamor. Es sabiduría.

Serendipia de amor

Por Javier Beltrán-Domenech. (https://www.linkedin.com/in/javier-beltran-domenech/

Puede Ud seguir los dictados de su corazón. También los de su psicólogo. Pero los más valiosos son los de un buen abogado. Se lo digo yo. Por su experiencia, porque puede ser el único donante de corazón vivo que Ud conozca y porque  sabe que la vida sorprende. A veces con una lluvia ligera. Otras, con una tormenta sin previo aviso. Pero cuando uno ha previsto algo del camino, el suelo no se abre del todo. En la serendipia de amor, lo más valioso no es el encuentro, sino cómo se sostiene el hallazgo en el tiempo.

Serendipia de amor: pactar el paraguas en un día de sol

El amor de su vida puede convertirse, sin quererlo y en una sóla tarde lluviosa, en su némesis. No porque haya dejado de amarle, sino porque la vida cambia, y las emociones también. No se trata de vivir en un estado constante de sospecha. Tampoco de encerrar el afecto entre cláusulas. Sin embargo, en el derecho de familia, prever es proteger. Y anticipar, un acto de ternura para hacer menos daño.

Separar bienes cuando hay paz no es síntoma de frialdad, sino de madurez. Establecer, por escrito, qué es de cada uno, no mata la magia. La preserva. La serendipia de amor florece también cuando hay acuerdos claros, cuando los afectos no se diluyen entre reproches patrimoniales.

Serendipia y dignidad: el valor de poner orden

Lo inesperado no siempre arrasa. A veces sólo llega para recordarnos que lo real no se planifica. Pero lo justo sí. En cada historia de amor hay una arquitectura silenciosa que sostiene lo intangible. Allí, el derecho tiene un papel amable: no interfiere en el sentimiento, lo acompaña.

Si Ud. ha firmado capitulaciones matrimoniales, si ha previsto la liquidación de gananciales o establecido reglas para convivencias futuras, está cuidando el porvenir. Está preservando su dignidad, incluso si la historia termina antes de lo que esperaba. La serendipia de amor también implica aceptar que lo maravilloso puede desvanecerse sin aviso, y que poner límites no significa dejar de amar.

El acto de amor más profundo: prever con calma

Duele hacerlo y cuanto más jóvenes más dolor. Pero ordenar hoy lo patrimonial es un gesto sereno hacia el futuro. Un modo de decir: “te amo, incluso si un día dejamos de caminar juntos”. Las emociones cambian, pero los derechos permanecen. Por ello, prever no es desconfiar, es confiar tanto que uno se atreve a dejarlo todo claro desde el inicio.

Piense en un paraguas en día nublado. No lo necesita aún, pero sabe que puede llover. Llevarlo no apaga la luz del cielo. Le permite disfrutar del paseo sin miedo. Así actúan las leyes cuando se aplican con ternura. No limitan el amor: lo sostienen. No es muy buen ejemplo pero es muy visual.

Serendipia jurídica: hallar equilibrio donde no lo buscábamos

La serendipia de amor también ocurre cuando, en medio de una ruptura, encontramos alivio gracias a lo que pactamos antes. A veces, ese acuerdo silencioso —firmado cuando todo era armonía— se convierte en la única vía para preservar la dignidad cuando ya no queda amor.

Porque el derecho no es sólo conflicto. También es cuidado. También es amor ordenado. La previsión, en este sentido, no es frialdad: es responsabilidad afectiva. Y es allí, donde el amor se transforma en respeto, donde el futuro agradece el gesto.

El amor, la ley y la previsión: un triángulo necesario

Prever con cariño no mata el romanticismo. Lo convierte en un compromiso sincero. La serendipia de amor consiste, también, en descubrir que hay belleza en pactar el paraguas antes de que llueva.

Nuestro Despacho lleva más de 30 años dedicado al Derecho Civil y de Familia, ayudando a personas a ordenar su patrimonio sin apagar la magia del presente. Si desea consultarnos, puede pedir cita previa —presencial, telefónica o por videoconferencia— llamando al teléfono 966171294 o enviando un mensaje de WhatsApp al 628425987.

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