En el corazón del hogar la seguridad y la tranquilidad deberían ser pilares indiscutibles. Pero vivir en comunidad y la locura constructiva de muchos edificios en las zonas comunes provocan problemas de ruidos, agua, estructura, electricidad y otros que deberían resolverse con prontitud. Para eso contrata Ud un seguro, su vecino otro y la Comunidad otro. Y esto se convierte en un laberinto burocrático que pone a prueba la paciencia y la resiliencia de cualquier propietario. Aquí es donde el problema es el seguro.

El problema es el seguro

Visualice la escena: un hogar que usualmente es cálido y acogedor con su alfombra, su sofá, su silla, su mesa, su TV… Un día mira el techo y parece que el color cambia…se abomba. Oh, horror. De repente enfrenta daños por agua que emergen sin cesar de una bajante obstruida o rota. Esto no solo daña la estructura de la propiedad, sino que también genera un ambiente insalubre para su casa y a sus residentes.
En teoría, iluso de Ud., sube a ver al vecino y éste no está, cuando lo llama le dice que llame a su seguro pero que él no vive allí. No sabe dónde está el “cierre de agua general”:

-Avisa a sus vecinos.Le dicen que llaman a su seguro.

-Llama a la Administración de Fincas y le mandan al perito de la suya.

-Allá que van el seguro del hogar, el del vecino y el de la comunidad para que cada una evalúe y asuma su parte de responsabilidad en la reparación.

Y preparado, porque van a entrar en su casa en días y horas que posiblemente no le vengan bien, posiblemente sin escalera, sin cubo de agua con mocho ni recogedor. Le pedirán el suyo. Y esto, bien entendido, da mucho de sí.

Claro que existen casos de resolución favorable y rápido. Pero lo habitual no es así. Desafortunadamente, el proceso que sigue es frustrante y común: un torbellino de llamadas, reclamaciones y evaluaciones que se prolongan por días o semanas. Las aseguradoras intentan minimizar sus pérdidas y se enfrascan en una contienda de deslinde de responsabilidades.

El problema es el seguro

Cada una cuestiona si la cobertura es aplicable, argumentando que el daño podría ser responsabilidad de otra. Que si se tiene que secar, que si hay que llamar al de la escayola. Mientras tanto, el agua sigue causando estragos y nadie repara no sea que luego el culpable sea el otro. Surge el estrés emocional y la ansiedad por ver su hogar deteriorarse día a día, sin una solución a la vista, resultan abrumadores. Ante esta situación, ¿qué pueden hacer los afectados?

Pues le va a parecer poco jurídico y raro pero por experiencia de muchos asuntos en estos casi 30 años ejerciendo, le aconsejo que, en la medida de lo posible, repare Ud. como pueda dicho problema con los requisitos que le voy a explicar. ¿Lo paga Ud.??? Si, claro que sí, pero controla Ud tiempos, horas, gastos, días y tranquilidad. Con luz y taquígrafos, documentos, factura, con fotos, con videos, con sus propios albañiles y fontaneros nadie le podrá negar luego recuperar el dinero y seguir con su vida. Si se niegan, contratar a un buen abogado puede proporcionar la dirección necesaria para navegar por este complicado entramado y potencialmente acelerar la resolución. Lo que no puede Ud es perder su salud y la de su familia esperando meses a que reparen algo por una absurda burocracia.

No pierda Ud su salud si puede avanzar en la reparación. Repito, es fundamental que documente meticulosamente todo el proceso, desde cada comunicación con las aseguradoras hasta el detalle de los daños y las reparaciones necesarias. Esta documentación será crucial en caso de que la situación escale a disputas legales y no habrá un solo Juzgado que le niegue el cobro cuando vea cómo le han toreado los seguros, incluido el suyo propio.

La situación descrita se puede aplicar a una avería de un vehículo, de su negocio, de algún asunto médico que se pueda costear. No es solo un fallo infraestructural, sino un reflejo de un sistema de seguros que, en su forma actual, falla en proveer el servicio rápido y eficiente que promete. Mientras tanto, los asegurados siguen esperando, en medio de la incertidumbre y las filtraciones, una solución que parece tan esquiva como necesaria.

En nuestro Despacho, posiblemente podamos encontrar una solución para su caso. Le invitamos a consultarnos pidiendo cita previa, ya sea presencial, telefónica o por videoconferencia de una o media hora en el teléfono 966171294 o enviando un mensaje al Whatsapp 628425987.

Puede encontrar más información en: Contactar con Javier Beltrán Abogados.

LinkedIn: Javier Beltrán-Domenech

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