Mientras que a muchas mujeres y hombres les cuesta dar el paso hacia el altar, otros desean y quieren tener otro esposo o esposa. Hay casos en los que incluso se han olvidado de que ya existía un matrimonio previo. Lo que comúnmente se conoce como bigamia. Bigamia por compasión. Pero cuidado, adelantamos, que el Código Penal ya ha resuelto este asuntillo en España.
Bigamia por compasión
Pero ¿qué es y qué significa la bigamia? Según el Diccionario de la Real Academia Española la bigamia es “el estado de un hombre casado con dos mujeres al mismo tiempo, o de la mujer casada con dos hombres”. Sin embargo, desde que se modificó el Código Civil y se permitió el matrimonio entre personas del mismo sexo, cabría defender que la bigamia es el estado de un hombre o una mujer casado con dos o más cónyuges.
En definitiva, el bígamo o bígama es aquella persona capaz de tener dos esposos o esposas al mismo tiempo, estén o no enteradas ellas al respecto.
Bigamia por compasión
Antes de emocionarnos ante la idea de tener uno o más esposos, o uno para cada temporada, siendo frívolos, hay que tener claro que la bigamia en España NO es legal. Tener dos matrimonios inscritos en el Registro Civil Español constituye un delito que puede ser castigado con la pena de prisión de seis meses a un año, según el art. 217 del Código Penal. Tampoco pueden existir legalmente uniones de hecho de más de dos miembros, ni se permite la inscripción de más de un esposo o esposa en el Registro Civil, aunque el matrimonio se haya celebrado en un país donde esté permitido este tipo de uniones. Bigamia por compasión.
No se pena tanto el matrimonio nuevo como que el vínculo anterior siga sin resolverse. Hay que dejar claro que estar casado o casada con un hombre o una mujer, y tener relaciones con otros hombres o mujeres, no es delito. Y tampoco es delito tener relaciones con varios hombres o mujeres sin estar casado o casada con ninguno.
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Es un hecho, cierto y con reciente sentencia de condena a una mujer que lo hizo en Córdoba hace pocos años, que ocurrir, ocurre. Entonces, ¿deberían los países liberales y democráticos, como en el que nosotros vivimos, legalizar o relajar el contenido penal o civil de la bigamia del mismo modo que se está haciendo con el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto o la eutanasia?
Bigamia por compasión
Este debate podría insertarse en la agenda pública del país y estoy segura que la respuesta no estaría clara. Al contrario que en lo relativo a los derechos LGTBI, aceptados generalmente por la mayoría de la población, la bigamia es una peculiaridad social que plantea preguntas éticas y morales de distinta naturaleza. La respuesta a estas preguntas es incierta y hay buenos argumentos para creer que sí debería ser legalizada, como buenos argumentos para opinar lo contrario. Lo mismo te digo una cosa que te digo la otra y, si te digo la verdad, te miento.
Para una parte de la sociedad, regular la bigamia supondría no sólo celos y disputas familiares tanto entre los matrimonios como con sus hijos, sino que la línea sanguínea de éstos llegaría a confundirse y a mezclarse. Este pensamiento defiende que la monogamia, a diferencia de la bigamia, es una construcción del estado liberal y como muestra de ello alegan que hoy en día casi todos los países que legalizan la bigamia tienden a vulnerar los derechos de los seres humanos.
Bigamia por compasión
Sin embargo, hay otra parte de la sociedad que piensa que si bien la bigamia ha tenido siempre un carácter retrogrado y desigual a lo largo de la historia, también el matrimonio monógamo fue una institución “hetero patriarcal y nociva” para las mujeres y se ha logrado hacerlo inclusivo y de mutuo acuerdo. Esta corriente considera que el poliamor es una realidad y que, como tal, al igual que el amor entre personas del mismo sexo, debería tener un reconocimiento legal. Ellos defienden que el matrimonio bígamo podría servir para ofrecer protección y reconocimiento para aquellas personas que quieran formalizar su unión.
Es cierto, y se argumenta por la primera corriente, que la bigamia choca con la percepción de matrimonio tradicional que se tiene en la sociedad occidental pero, según la segunda corriente, nada o poco queda ya de ese matrimonio tradicional. En la actualidad para millones de niños las familias monógamas con un padre y una madre ya no son lo más común, y el divorcio, las parejas de personas del mismo sexo o los vientres de alquiler son, hoy en día, habituales.
Adentrándonos en el delito de bigamia desde un punto de vista formal creo que se puede afirmar que el Derecho Penal no es el instrumento más adecuado para garantizar su cumplimiento pero, de momento, sigue siendo delito en nuestro país.

Bigamia por compasión lo ha escrito, mientras trabaja en www.javierbeltranabogados.com y acaba el Master de Acceso a la Abogacía, Celia Zamora Ordóñez.
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