Toda crisis es una nueva oportunidad. La ocasión idónea tanto para asentar nuestros cimientos como para detectar lo superfluo. Donde quedan al descubierto nuestras verdaderas vulnerabilidades. Para diferenciar lo sólido, de lo hueco, del lastre.

Toda crisis es una nueva oportunidad. La ocasión idónea tanto para asentar nuestros cimientos como para detectar lo superfluo. Donde quedan al descubierto nuestras verdaderas vulnerabilidades. Para diferenciar lo sólido, de lo hueco, del lastre.