La bata blanca para la medicina, la química, la óptica y la enseñanza en Ciencias. El mono o bata azul para la industria y comercios. Los trajes sin medida, ni a medida, para los políticos. Los babys de colores para las guarderías y… el uso de la toga (negra en España) para la #Abogacía y la #Justicia.
El uso de la toga
El uso de la toga
Si bien el hábito no hace al monje, existe explicación, y motivo, para el uso de prendas que identifican o asocian claramente a cada profesión y a cada profesional. En todas las profesiones que he citado al principio sería un uniforme protector que previene mancharte o dañarte tu propia ropa, evitar infecciones y contagios provocados, sin duda, por muchas sustancias humanas o no de toda clase y viscosidad. Pero el uso de la toga en la Abogacía (https://es.wikipedia.org/wiki/Toga ) tiene un significado o función diferente.
El uso de la toga
Salvo que comas o manipules algún matraz con algún elemento de la tabla periódica cuando celebras un juicio, la toga es algo rituario, formal y ceremonial (por eso su uso en graduaciones escolares y universitarias). Sólo debe llevarse en juicio y dentro de la sala del Juzgado o Tribunal. Nunca usarla fuera. El problema es que, por motivo que explicaré, a diferencia de cada médico o personal sanitario, que tienen varias y las van lavando a fondo en casa y con lejía, los abogados que tienen su propia toga no son, ni mucho menos, la totalidad.
Y no es por coste, sino por comodidad. Al ser un objeto voluminoso en tamaño (aunque si se pliega bien no ocupa mucho), ser de uso limitado a ese juicio ese día y a esa hora, y primar la comodidad de no tener que llevar la tuya, los Colegios de Abogacía de cada partido compran muchas de varias tallas y grosores y dejan, en la estancia que ocupan los Colegios en los Juzgados, o en la misma Sala de Vistas, la prenda colgada.
Como cuento en https://www.javierbeltranabogados.com/2016/06/26/abogados-y-corbatas/ , si a la camisa, la chaqueta y la corbata sumas una toga, más vale que el aire acondicionado de la sala, de mayo a finales de septiembre, funcione correctamente, por lo que imagine Ud el efluvio de la susodicha a finales de julio y tras 7 juicios de media hora cada uno. Imaginen la mezcla de olores, sudores, calores y demás fluidos humanos que se pueden recoger en esa tela en la semana (o mes) de uso continuado y previo a su lavado (garantizan que es continuo pero yo me compré la mía propia un día hace muchos años tras salir de una vista en julio…).
Y lo peor es que, en Sala, estamos sentados planchando esas “tablas” tan bonitas que tiene la toga en su parte inferior. Si por lo menos pudiéramos levantarnos para hacer el informe…pero no. Nada parecido al glamour de lo que nos contaba, hace dos mil años, Quintiliano en la Institutio oratoria: “no debemos cubrir el hombro y toda la garganta, de lo contrario nuestro traje se estrechará indebidamente y perderá el impresionante efecto producido por la anchura en el pecho. El brazo izquierdo solo debe levantarse hasta formar un ángulo recto a la altura del codo, mientras que el borde de la toga debe caer en igual longitud a cada lado”.
El uso de la toga
Por ello, porque muchos compañeros no llevan la suya pero es obligatoria en Sala, por evitar contagios en el ínterin que se la quite uno y se la ponga otro (lo que sería impensable en medicina), se dispensó su uso por causas covid19 hasta el próximo día 21 de junio de 2021 (cuando escribo esto parece que se va a prorrogar hasta que acaba de forma definitiva u oficial la pandemia). Y aquí viene el epílogo que lanzo y que es más que “toga sí o toga no.”
El uso de la toga
Si por la pandemia, como está ocurriendo, se dispensa su uso… ¿qué queda de la tradición de usar toga negra en estrados? ¿Quita credibilidad o intensidad ver a un médico atender en un Hospital sin bata o a un abogado sin toga cuando se están empleando a fondo? Pues como todo, menos cuando juega la selección española, la cosa está dividida en que sí y en que no. En que en USA la toga no se usa y que seguir usándola es un sinsentido. En que nada ayuda o apoya a la Justicia y que llevarla es un “tostón”.
Creo que los humanos somos más rutinarios de lo que queremos ser y preservamos las tradiciones. Por ello, toga sí pero cambiando algo fundamental: lo mismo que un médico no se cambia su bata con otro cuando entra a operar, por motivos obvios, en nuestra profesión debiera ser imperativo que cada abogado que ejerce en un Tribunal tuviera su toga y, manteniendo su propia esencia (su alma como diría aquél tan famoso) no intercambiarla jamás y bajo circunstancia alguna con nadie.
Javier Beltrán-Domenech www.javierbeltranabogados.com
