En este tiempo en el que nadie es de ningún lugar y de muchos, todos saben de todo, accedemos a información inmediata con un dedo y tenemos la enorme facilidad de viajar a cualquier lugar del mundo, el amor está en el aire y se ha globalizado en una boda intercontinental.
Boda intercontinental
Por Débora Marín Paniagua
Sin pensar mucho en el contenido del acto “jurídico”, seguimos casándonos donde más “mola”. Boda religiosa, civil, en la playa, en una casa de campo, o yendo de “boda intercontinental” vestidos de, si es requerido, muñeco gigante. Sí, sí, ríanse, pero además de Las Vegas, y su infalible “Elvis”, del lejano Oriente nos llega una imparable y febril ciudad, activa y sofocante, de altos edificios, comida en la calle, carteles luminosos y contaminación en niveles de mercurio en el pacífico.
Boda intercontinental
En la ciudad de Hong Kong, y al grito de: – “¡siguienteeeee!”, los responsables del registro del Ayuntamiento (y de media docena de registros más), atienden cada escasos quince minutos a parejas que desean contraer matrimonio oficialmente. Tan solo es necesario pasaporte y reservar, mínimo, con quince días de antelación.
Llegado el día y tras abonar la tarifa estipulada, delante de un funcionario y dos testigos, los enamorados, o ebrios, contrayentes, leen un texto en inglés o chino y posteriormente firman junto con los testigos el documento que sella su amor. La ceremonia se da por concluida y pueden ir a disfrutar de su primer día como marido y mujer (claro que ya no es como antes pues posiblemente los novios ya se hayan “catado”).
Pero vamos a ponernos serios ya, que somos abogados. Boda intercontinental
Legalmente, al haber contraído matrimonio en China solo se entienden casados en ese país. Por tanto, en el país de origen de cada uno de los contrayentes será “papel mojado” hasta que lo inscriban, si quieren, en el Registro Civil Central (en el caso español).
La resaca es muy mala, pero no pasa nada si se ha casado por diversión o la “locura” del momento y decide no inscribirlo luego. ¡Guárdelo en la gran caja de buenos recuerdos que tendrá en su vida para enseñárselo a amigos, hijos o…nietos!.
Pero, sentimientos aparte, y si el matrimonio se ha celebrado “como debe ser” y se quiere inscribir en el país de origen de los viajeros contrayentes, la cosa tiene su miga, no se crea…
En el último mes hemos tenido varias consultas sobre bodas intercontinentales, pero ha habido una que nos ha llamado especialmente la atención puesto que siendo uno de los contrayentes alemán residente en España (ojo, residente no nacional), quería casarse con una nacional filipina en nuestro país. Al no poder venir ella, por motivos que deberá explicar su país, y yo aquí no me meto, los enamorados pensaron en otro lugar…¿adivinan? Si!!! Hong Kong. ¿Qué pasa, que no cree Ud. en el amor intercontinental? Ah, pobre mortal que ha perdido la fe en Cupido. Pues están locos, hasta las trancas, el uno por el otro. Si.
Imaginen su cara de asombro cuando le explicamos que para que su matrimonio tenga validez en España, tiene que casarse en España en el lugar donde esté “empadronado”. Casarse en Hong Kong ya no es una vía posible en su caso puesto que se trata de un residente en España y no de un nacional español.
Pero no crean que le hemos quitado la ilusión, va a casarse igualmente en aquel lugar asiático y volverá luego a Alemania para inscribirlo en ese país, que es comunitario y…volver a España. ¿Lo pillan ya? 😉
Boda intercontinental
Por todo lo dicho anteriormente, queridos españoles: ¡¡viajen por el mundo, callejeen, disfruten y pierdan la cabeza!!. Es muy divertido casarse disfrazado de Hello Kitty, de Chococat o de contertulio de T5 (el disfraz de moda), pero no olviden con quién se casan o re-casan, cuándo y dónde (recuerde que la yakuza no tiene sentido del humor).
Recuerde también que si aún estaba sin esposar podrá inscribir su matrimonio (contraído en las Vegas o en Hong Kong) aquí al llegar y que, si reúne Ud. los requisitos, tendrá los mismos efectos que si se hubiese casado en España.
Y cuando se les acabe el amor, por usarlo mucho o no usarlo, la cosa ya requiere de un buen abogado que encontrará sin duda en www.divorcios-alicante.es
Encantados de ayudarles, a casarse o descasarse.
Débora Marín Paniagua.
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