Localización permanente…
Parece un tema de derecho penal, como una pena a imponer, pero este escrito es la explicación a ese cansancio que Ud. sufre, la ansiedad que le embarga y los dolores de cabeza que dice arrastra desde la “primavera”. No se engañe: o hace algo para cambiar o seguirá y se verá Ud. eternamente viejuno.
Aunque no lo quiera ver o lo justifique con ese “es que si desconecto no me entero” sepa que es Ud. reo de su propia condena, que es la localización permanente. Esta pena está incluida por nuestro Código Penal dentro de las penas de privación de libertad y en ella el condenado va a tener restringida su libertad de movimientos al tener que cumplir la misma en un lugar determinado, normalmente en su domicilio, de donde no puede salir. Si se siente Ud. idiota al leerme consuélese: todos lo hacemos mal…
LOCALIZACIÓN PERMANENTE
En más de 23 años de ejercicio de la abogacía (y la vivo con pasión) he tenido sólo dos urgencias-de-vida-o-muerte de clientes, y han sido siempre en horario laboral. El resto de “urgencias de los demás” se han podido arreglar con horas (a veces días) de diferencia, y sin problemas (detenciones, plazos, asistencia a Juzgado, recoger documentos, firma societaria, etc…) Por tanto, hay que acostumbrarse a limitar esa pena que nos imponemos de estar localizados (no somos todos médicos de urgencias…)
La falta de previsión de otros no es su emergencia, hágalo saber.
Porque lo sabe: vive Ud. continuamente conectado, y las neuronas le van a echar chispas a veces… Desconectar el cerebro es complicado, pero hay trucos para engañarle. Esa extensa red de pensamientos, ideas, valores, miedos y valentías… no se desconecta así como así. Los abogados sabemos que por mucho que la cabeza nos traiga una y otra vez esos asuntos tan liados de esos clientes tan especiales a los que nos llevamos incluso a dormir, forzar durante cierto tiempo una desconexión es precisa. Los sabios estiman dos semanas, como poco.
Localización PERMANENTE
Pero también hay que forzar una desconexión del “entorno”… y no queda otra que desenchufarse (en inglés, porque han escrito más sobre esto, switch off) de los malditos aparatitos en cuanto se pueda. Y he aquí las vacaciones… Agosto, en mi caso por la falta de notificaciones de los procuradores y el “cierre” de muchos Juzgados, es el mes perfecto para ralentizar el ritmo y poder desconectar un tiempo (sí, leer otros libros es desconectar). Y hay que hacerlo a conciencia, pues la droga de la profesión tiene mucha fuerza…
Switch off : “Sí, lo hice, Señor Juez… pero fue en defensa propia, créame”…
Tenga valor, no sea débil ; hay 4 grandes frentes a proteger:
- Teléfono: Una llamada especial puede hacerle volver a su oficina o despacho…
Sí, siempre se aconseja tener dos teléfonos, uno privado y otro profesional, pero me temo que no va con Ud. eso de llegar a un sitio y, como un pistolero, poner dos móviles encima de la mesa. Así que, si no tiene valor de empezar a dejar el móvil en casa a ratos, lo primero que debe hacer es usar el servicio de “no molestar” en el móvil, permitiendo sólo llamadas de los que Ud. mismo defina como “favoritos”, dejando un horario limitadísimo y desviando “de oficio” llamadas al teléfono del trabajo (donde siempre se habrá quedado alguien…)
Intente no cogerlo…el Demonio es muy hábil y cambia de ropa en verano…
- Correo-e: Una petición de auxilio escrito hace que se obligue a contestar…
Tómese su tiempo para redactar, a conciencia, los breves pero directos mensajes de “vacaciones” y “Out of Office” de las dos-tres cuentas de correo más habituales. Debe lanzarlos al ciberespacio el mismo día que se marcha, y tiene que dejar claro que contestará al mensaje sólo el día que se reincorpore. Añada que, en caso de urgencia ( cuidado con el concepto de urgente o no de ese cliente tan especial…) podrían encontrar ayuda en el despacho pues nunca se cierra del todo en Agosto. Luego, no abra el correo bajo pena de prisión permanente revisable…
Atacarán entonces “whatsapp” la misma tarde…
- Mensajería: Sin comentarios, porque enganchan…
Así que hágalo…DESINSTALE WHATSAPP (ufff, esto es ser valiente y no los de “El Alamo”, ¿verdad?). Dudará unos instantes, es cierto. Pero, realmente, será un alivio inmediato. No, no guarde ni archivos ni el chat completo enviándolo a un correo. Si no lo hizo antes para qué hacerlo ahora… Avise que va a cambiar de móvil o estar unos días desconectado y HÁGALO. Numerosos grupos de esta mensajería, al desaparecer, le darán una paz y una calma antes desconocida (a otros pídales “amistad de nuevo” cuando vuelva a enchufarse). De hecho, aún tendrá el tic de mirar el teléfono instintivamente y cuando no vea el telefonito ese verde dibujado sonreirá, porque sabrá que está forzando su “desconexión”. ¿Sabe que por el simple hecho de añadir alguien su número de teléfono puede ver si está en línea? Terrible para el breve descanso. Da igual si Ud. quita el estado de “ultima conexión”…si lo ven “en línea” le atacarán.
- Redes sociales: Enganchan mucho, y divierten…
Pero el “Muro” no está a salvo de los caminantes blancos…así que alguno ha descubierto Telegram, Line y alguna otra aplicación similar para preguntarle si le había pasado algo con Whatsapp. Igualmente, desinstálelas… pero esta vez mucho más directo y rápido. Igualmente, y ya que está, quite el servicio de chat de fbook y las líneas de imessage. También la app de página de fbook y la aplicación.
No podrá, es cierto, con los sms, pero nadie quiere ya pagar por enviar su duda existencial…así que, de momento, todo irá bien…
Si transcurren sus dos semanas y sigue teniendo “amigos”, reales o virtuales, por favor cuéntenoslo para que los demás nos animemos a hacerlo…y salgamos de nuestra localización permanente.
😉
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