No he dicho verano, pero ya ha pensando Ud en él como causa. Incluso ha visualizado algo de lo que he escrito, ¿cierto? El actual ritmo de vida altera, y dosifica, los ritmos de convivencia con la pareja y familia. Al llegar las vacaciones…todo empeora. Vacaciones, familia, loteria y divorcio.

Vacaciones, familia, loteria y divorcio

Pues sí: ¿sabe que más del 60% de los clientes que acuden al despacho a consultar cuestiones de familia lo hacen entre los meses de julio, agosto (no cerramos) y septiembre?

La explicación es lógica, pero muy dura de asumir: el actual ritmo de vida altera, y dosifica, los ritmos de convivencia con la pareja y familia, lo que provoca que un fin de semana, dedicado exclusivamente a estar en casa, sea “pasable” a la espera de “la luz” del lunes. Esto no está reñido con el desamor, o con la falta de pasión, sino simplemente con el propio y entendible “egoísmo-comodidad” que, queramos o no, nos invade.

Por decirlo más resumido: mientras las parejas no mantengan contacto para las “cosas malas de la convivencia”, todo va bien. Pero… ¿qué ocurre cuando nos “obligan” a desconectar de nuestra rutina de vida y debemos enfrentarnos a problemas (niños, familiares, casa, ocio conjunto, compras, coche, atascos, organización familiar…) que no tenemos el resto del año? ¿Qué se hace cuando se “tiene que” convivir 24 horas y 15 días seguidos o más con quienes, hasta ese momento, no convivía más de 3-4 horas diariamente?

Pues, salvo los matrimonios muy bien avenidos, el resto no puede, no quiere o simplemente no sabe cómo “sobrevivir a las vacaciones”, no cambia el chip de su rutina anterior, y se replantea todo: sueña con una vida más “suya” y comienza a pensar en qué ocurriría si se separara de su actual pareja, como podría ver o tener a sus hijos, qué coste le espera y, sobre todo, si dicha separación va a ser mejor o no para su propia vida y la de sus familiares. Si, para colmo, existe una tercera persona ya…no lo dudan. Es el momento de mirar abogados por internet, pues preguntar a amigos directamente levantaría la liebre. El resto se lo imaginan…